Cuando somos parte implicada en una relación de pareja, a menudo nos preguntamos cómo se sostiene o, incluso, quién de los dos la sostiene. Cada pareja funciona de forma diferente dependiendo de las cualidades personales e interaccionales de los miembros. Por este motivo, hoy, en Adamia Psicología, os explicamos diferentes estilos de relación teniendo en cuenta el trabajo de las esculturas corporales de Virginia Satir, psicoterapeuta familiar.
Además de explicaros los estilos, os animamos a hacer un ejercicio (para dos personas) para entender las diferentes posiciones y situaciones que se pueden sentir permaneciendo a un lado o al otro de la pareja. En nuestra consulta de psicología en Vigo en ocasiones utilizamos este ejercicio para que las parejas que acuden a terapia reflexionen acerca de su posición con respeto al otro y los sentimientos que se pueden encontrar en cada situación. A continuación, aparece en negrita, el estilo de relación y, en cursiva, cómo hay que colocarse físicamente para el ejercicio.
- La relación de dependencia (uno en frente del otro, cara a cara y con las manos agarradas y las piernas más separadas que el torso): las parejas en este tipo de relación se apoyan la una en la otra, con limitaciones. En el momento, en que una de las partes quiera cambiar, el otro se resiente porque se está apoyando en el que quiere cambiar.
- La relación asfixiante (los dos muy abrazados y pegados): suele coincidir con el inicio de una relación, donde las dos partes están de acuerdo en pasar mucho tiempo juntos y ser el uno para el otro, pero progresivamente se van “distanciando” para poder mejorar su relación y tener mayor espacio para ser uno mismo dentro de la pareja.
- La relación del pedestal (uno subido a alguna altura y el otro arrodillado en frente): en este estilo de relación una de las partes tiene idealizada a la otra. Por este motivo, la comunicación entre ellos no es fructuosa y acaba sintiéndose distanciados el uno del otro.
- La relación de amo-esclavo (uno de pie sosteniendo una cinta que sujeta al otro que está sentado en el suelo): ocurre cuando uno de los dos tiene un carácter más fuerte que el otro y se le ha permitido tomar todas las decisiones. Acaba existiendo una desigualdad entre las partes y un distanciamiento emocional.
- La relación de la casa como pensión (espalda contra espalda y agarrados de los brazos): en este tipo de relación no hay ninguna expresión de amor del uno hacia el otro. Tienen un vínculo, como por ejemplo, el de vivir juntos, pero su comunicación es escasa. Es una relación limitante porque lo que hace uno repercute en el otro pero sin los sentimientos necesarios en una relación de pareja.
- La relación del mártir (uno tumbado boca arriba y el otro de pie con su pie encima del cuerpo del que está tumbado): una de las dos partes es más dependiente de la otra y da todo lo que puede para satisfacer las necesidades de su pareja. Sin embargo, ejerce un gran control porque utiliza la culpa de su pareja. La persona no dependiente acaba sintiéndose culpable por lo que le hace a su pareja.
- La relación de amor saludable (de cara a cara, dándose una mano): las dos partes son iguales y no se apoyan la una en la otra, por lo que pueden vivir sus propias vidas. En este caso, la pareja decide permanecer unida libremente y comparten sus vidas porque quieren. Las decisiones se toman de forma bilateral y cada uno tiene su vida independiente, además de la que comparte con el otro miembro.
Para el ejercicio, os animamos a que vayáis probando las diferentes “esculturas corporales” que os acabamos de citar y a que, en cada una de ellas, intentéis ver que sentimientos pueden estar implicados. ¿Qué sientes cuando la otra persona te idealiza y no le gustas realmente por cómo eres? o ¿qué sientes cuando es el otro el que marca el rumbo? También podéis intentar moveros desde la posición en la que estáis y ver qué sucede con el otro, para detectar la interacción de cada estilo. En nuestra consulta de psicología en Vigo comprobamos que con este ejercicio las parejas son capaces de encontrar su estilo para poder ver sus debilidades y buscar las fortalezas que les permitirán mejorar su relación
Desde Adamia Psicología os preguntamos: y tú… ¿qué estilo de relación tienes con tu pareja?
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