Superar una ruptura amorosa puede ser un proceso complejo ya que, muchas veces se trata de finalizar el contacto con una persona que ha sido muy importante en nuestra vida o que ha estado presente durante mucho tiempo, y desaparece de repente de nuestra vida. Asimismo, una parte de rutinas de nuestro día a día nos recordarán a la vida en pareja que ya ha terminado.
Una de las recomendaciones que hacemos para empezar a superar una ruptura amorosa, es poner distancia con la persona. La mejor manera de aceptar que una persona ya no está en nuestra vida es, precisamente, empezar a vivir nuestra vida sin ella. Emplear estrategias de afrontamiento como buscar apoyo social o profesional, explorar formas de solución del problema, identificar aspectos positivos de la situación o realizar actividades de esparcimiento y distracción, contribuyen a mejorar la percepción de bienestar.
Lo más importante para poder establecer esa distancia es, primero, resolver todos los asuntos que pueda haber en común con la otra persona (por ejemplo, contratos o facturas en cuenta común) para, luego, establecer un contacto cero, evitando los impulsos de llamar a la otra persona, espiarle en las redes sociales o quedar con ella. Estos impulsos son parte de una fase del duelo que, normalmente, pueden generar mayor sufrimiento a ambas personas y dificultan su resolución. Eso sería parte de la fase de negación, en la que una o ambas personas continúan fantaseando con volver a la relación en lugar de buscar otro camino y rehacer su vida.
Aunque en un inicio no lo parezca, podemos adaptarnos a una nueva vida sin esa persona y construir otros vínculos o reforzar los que ya tenemos con otras personas.
Y, aunque resulte difícil, hay que tomar nota de los errores cometidos para poder salir reforzados/as de la experiencia.
Si una persona cercana está sufriendo un duelo amoroso, lo mejor que puedes hacer para ayudarla es practicar la escucha activa, con empatía y validando sus emociones.
Puedes animarle a hacer planes pero sin hacerle sentir que es obligatorio hacerlos ni superar cuanto antes la ruptura.
Para saber cuándo sería recomendable acudir a un profesional de la psicología podríamos basarnos en si, tras varios meses después de la ruptura, todavía sientes malestar en tu vida diaria y sientes que te has quedado estancado en esa etapa. En función del tipo de relación y de cómo de repentina fuese la ruptura, las razones por las que se dio, las explicaciones que tienes de la otra parte… algunas personas necesitan algo de apoyo extra para escuchar sus propias emociones y superar una posible dependencia emocional.
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