Encontrar una definición que explique lo que significa y todo lo que implica el amor es, sin duda, una ardua tarea pues se trata de un fenómeno complejo, multifacético y con tantos matices como personas lo sienten. El Príncipe Azul nos complicó mucho la vida...
Se podría decir, según apuntan las investigaciones, que el amor es una construcción cultural y cada periodo de la historia ha desarrollado una concepción diferente sobre él, así como de la relación que existe entre el amor, el matrimonio y el sexo. No es hasta finales del siglo XIX cuando en Occidente empieza a difundirse el ideal de “amor romántico”, en el que se une la idea del amor con la del matrimonio para conseguir así una felicidad plena, perdurando esta creencia hasta la actualidad a través de múltiples obras literarias, canciones y, más recientemente, películas, programas televisivos o publicidad.
Este modelo de amor romántico construido culturalmente nos enseña a lo largo de la vida, particularmente a las mujeres, qué significa enamorarse, cómo debemos sentirnos, cuándo es apropiado hacerlo y de quién. Según la psicóloga Pilar Sampedro, autora del libro "El mito del amor y sus consecuencias en los vínculos de parejas", algunos de los elementos prototípicos de este tipo de amor serían los siguientes:
- Inicio súbito (amor a primera vista)
- Sacrificio por el otro/a
- Pruebas de amor
- Fusión con el otro/a
- Olvido de la propia vida (como muestra de amor)
- Expectativas mágicas (encontrar a un ser absolutamente complementario, vivir en una simbiosis como si fueran un todo indisoluble, "mi media naranja")
Desde Adamia Psicología creemos que aprendemos que el amor ideal es el amor romántico o amor pasional que, como refieren Montserrat Moreno Marimón y Genoveva Sastre, implica aceptar ciertos mitos y creencias (erróneas): el amor lo puede todo; el amor lo justifica todo; el amor es suficiente; provoca una entrega total a la persona amada; las dos personas se complementan, están hechas la una para la otra; el “verdadero amor” es incondicional; es exclusivo y excluyente, no se puede compartir; el “verdadero amor” dura siempre, si se acaba, no era “auténtico amor”; el estado general que crea es de felicidad total.
Las mujeres, en mayor medida que los hombres, a pesar de todos los avances conseguidos en las últimas décadas por el movimiento feminista, siguen asumiendo este modelo de amor con sus mitos, ideas y creencias irracionales. No obstante, este ideal amoroso conduce hacia un modelo de conducta imposible de seguir y que en la mayoría de los casos terminará con desengaños y frustraciones. Se trata, por tanto, de un modelo desfavorable que puede llevar a defender y aceptar situaciones que en condiciones normales no se permitirían. Muchas de estas personas que “aman demasiado”, especialmente las mujeres, tienen más posibilidades de vivir en la violencia, consentirla y permanecer en ella, porque se trata de actitudes y comportamientos típicos de lo que consideran “amor”.
Es necesario que cambiemos este modelo de “amor romántico” por otro más maduro, libre y beneficioso para ambos miembros de la pareja. Por ello, en nuestras Terapias de Pareja trabajamos, en primer lugar, el ser conscientes de los errores que implica para, así, entender que cada persona es única, especial, digna de ser amada tal y como es y que no deberá abandonar su individualidad, proyectos personales o espacio propio por “amor”. También será nuestra responsabilidad que los/as más pequeños/as aprendan ya desde la infancia que el amor no está basado en la propiedad privada y que la violencia nunca es la forma de solucionar los problemas.
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