Responder a esta pregunta, que puede parecer sencilla, no es tarea fácil. Cuando sentimos celos pueden confluir dentro de nosotros diferentes emociones. En Adamia Psicología, consideramos que los celos se asocian a tres emociones básicas: el miedo, el enfado y la tristeza, o si los manifestamos de forma más radical nos encontraríamos con el terror, la furia y la desesperación. En este otro artículo puede leer más acerca de los celos.
Por lo general, la mayoría de personas experimentan cuando sienten celos una confluencia de las tres emociones básicas, pero una suele predominar sobre el resto y resulta más significativa para la persona. En nuestra consulta de psicología en Vigo, explicamos que reconocer esta emoción es el primer paso para poder trabajarla y aprender a gestionarla, ya que de esta forma se podrán diseñar herramientas dirigidas a la gestión de esta emoción que ayuden a solucionar los problemas que haya podido generar. En este caso, vamos a hablar del enfado.
Enfado - ira
Si te pido que imagines a una persona enfadada, creo que coincidiremos en imaginarla de la siguiente manera: postura rígida, puños cerrados, ceño fruncido, venas hinchadas, gritando… Sería algo parecido a la siguiente imagen, ¿verdad?
En Adamia Psicología, entendemos que la ira es una emoción que surge cuando no nos parece justo algo que estamos viviendo o cuando sentimos que atenta contra nuestro bienestar. Nos puede ayudar a dar nuestro punto de vista ante una situación pero, si nos desborda y no podemos gestionarla, nos genera otros problemas. Si nos sentimos enfadados ante una situación en la que sentimos celos, podemos preguntarnos lo siguiente:
- ¿Siento enfado hacia mi pareja, hacia mí, hacia otra persona?
- ¿Lo que me enfada es una situación, una persona o que no puedo controlar la situación?
- ¿Me enfada algo que temo que pueda suceder como consecuencia de la situación actual?
- ¿Qué es lo que considero injusto de la situación?
Entender nuestros pensamientos ante dicha situación y objetivizarlos, nos permite ver la situación sin cerrarnos en una sola idea. Al principio puede no ser fácil contestar a estas preguntas pero, si lo conseguimos, nos daremos cuenta de si nos estamos guiando por nuestras inseguridades o imaginaciones. Como comentaba antes, esto no es la solución, pero construye la base para empezar a gestionar nuestro enfado.
Si detectas que estás sintiendo celos, que no encuentras las herramientas necesarias para gestionarlos y que está afectando a tu estado de ánimo y/o a tu pareja, pide ayuda y contacta con un profesional. Con trabajo, esfuerzo y paciencia, puedes aprender a gestionar tus emociones.
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