A la hora de abordar una Terapia de Pareja, uno de los ámbitos que más frecuentemente (o siempre) se ve afectado es la comunicación. La comunicación, ¡qué concepto tan amplio!
La comunicación incluye la manera que tenemos de hablarle a nuestra pareja, la manera que tiene él/ella de escucharnos, cómo nos dirigimos el uno al otro, si priman los gritos y los chantajes o el silencio y la evitación, si somos asertivos y expresamos respetuosamente cómo nos sentimos o si tendemos al estilo agresivo, si discutimos delante de los niños/as o no, etc. Lo que está claro es que la comunicación supone un pilar fundamental para cualquier relación sentimental estrecha (no solo de pareja).
Pues bien, dentro de la amplia comunicación en pareja, uno de los aspectos más importantes a trabajar en terapia es la empatía. La empatía por definición es “la capacidad de ponerse en la piel del otro/a”. La empatía es una habilidad que cuesta mucho desarrollar en la pareja ya que fácilmente entran en juego las individualidades, los rencores y el ego. Pero lo cierto es que todas las personas necesitamos en algún momento sentirnos entendidos.
Ser empático no implica compartir ni justificar la manera de sentir o actuar de nuestra pareja, sino simplemente entender cómo se siente, en función de su personalidad, de la manera en la que ha sido educado/a, de sus experiencias pasadas o presentes y de sus necesidades emocionales y, lo más importante, evitando juicios o quejas. La empatía nos permite aceptar a la otra persona tal y como es.
Dedicar un tiempo a mirar, escuchar y entender a nuestra pareja es fundamental para trabajar la empatía, dejando a un lado el criterio personal. Cierto es que la empatía aumenta en la medida en la que vivimos experiencias similares y pudimos sentir en primera persona lo que ahora mismo siente el otro pero, igualmente, cada persona tiene dentro de sí una caja emocional única, de ahí que para situaciones similares cada individuo requiera algo diferente de su entorno (hay personas que necesitan mucha atención mientras que otras necesitan su tiempo y espacio).
Frases como “te entiendo…”, “seguro que sufriste mucho cuando pasó eso…”, “entiendo que necesites cosas en la relación que yo no te estoy dando…” son clave para trabajar la empatía.
La empatía es buena para todas las áreas implicadas en una terapia de pareja, por ejemplo, la relación con las familias políticas, las tareas domésticas, la organización económica, las relaciones sexuales, la distribución del tiempo…etc. Por lo que siempre será necesario desarrollarla.
Como psicólogas en Vigo y terapeutas de pareja trabajamos la empatía a través del ejercicio del reflejo que consiste en escuchar activamente a la pareja para, a continuación, repetir su petición. Por ejemplo: “mi pareja necesita…porque…” , “cuando yo hago/no hago…mi pareja se siente…” o “a mi pareja le gusta de mí…/no le gusta de mí…” y, tras esto, será el cónyuge respectivo quien rectifique el mensaje si considera que no ha sido entendido correctamente o si no ha llegado bien a su receptor. Sumado a esto, también es importante trabajar el lenguaje no verbal, es decir, los elementos corporales o paralingüísticos que acompañan al mensaje, como son el mirarse a los ojos, colocar el cuerpo en una postura receptiva, asentir con la cabeza o proporcionar un contacto más físico (como una caricia o un abrazo).
Entonces ahora solo cabe preguntarse, ¿somos personas empáticas en nuestra relación de pareja? ¿Qué opináis?
Adamia Psicología
Consulta de psicología en Vigo
Llámanos al 640 106 888
Escríbenos a info@adamiapsicologia.es