Las fantasías sexuales nos permiten escaparnos durante unos instantes hacia un lugar creado por nosotrxs mismxs, sin pensar en censura ni en si lo que estamos imaginando es posible o no. Simplemente volamos y fantaseamos. Además, nos permiten mantener la mente en clave erótica, algo indispensable para poder disfrutar de nuestros encuentros sexuales. Pensar en nuestrx amante o en nuestras propias sensaciones durante el acto, supondría mantener la mente en clave erótica.
Pues bien, en nuestras terapias de Sexología la elaboración de fantasías sexuales es un apartado muy importante a trabajar como punto de partida del tratamiento.
A continuación os mencionamos algunos de sus múltiples beneficios.
¡Anímate y comprobarás qué bien te sienta!
Beneficios de las fantasías sexuales
Mejoran la autoestima
Las fantasías nos ayudan a sentirnos más segurxs. Es decir, nos sentimos deseadxs y nos imaginamos potenciando nuestros atributos o cualidades. En el mundo de la fantasía dejamos a un lado todo lo negativo y eliminamos nuestra visión crítica. Todo es perfecto y eso hace que nuestra autoestima se eleve hasta las nubes. Además, experimentar el control que supone dirigir una fantasía nos da poder.
Incrementan el deseo sexual
Las fantasías nos ayudan a evadirnos y a romper con la rutina. De esta forma también promueven una sexualidad que no se centra exclusivamente en la penetración. Las relaciones sexuales se vuelven más espontáneas ya que dejamos a un lado los miedos y las limitaciones.
Facilitan la excitación
También favorecen la aparición de nuevas conductas sexuales como, por ejemplo, nuevos juegos o interacciones eróticas. Las fantasías sexuales contribuyen a aumentar la creatividad y enriquecen enormemente las relaciones sexuales.
Impulsan nuestra creatividad
Las fantasías sexuales nos llevan a situaciones excitables que dudosamente podríamos realizar en la vida real. Los seres humanos somos curiosos por naturaleza, pero con el tiempo, la cultura y las limitaciones impuestas vemos mermada nuestra sed de novedades y nos dejamos llevar por emociones incómodas como la culpa o la vergüenza. En nuestras fantasías no hay cabida para esas emociones, todo lo que imaginemos está bien si a nosotrxs nos gusta.
Nos ayudan a conocernos mejor
Además, nos sirven para preparar futuras relaciones ya que las creamos como ensayo. Explorar nuestras fantasías sexuales nos ayuda a conocernos mejor y a descubrir lo que más nos gusta y excita. Enriquecen la visión que tenemos de nosotrxs mismxs y de los demás, garantizándonos un aprendizaje muy sincero de nuestra sexualidad.
Alivian el estrés y la ansiedad
Las fantasías sexuales nos relajan y nos entretienen, simplemente como distracción. Entrenar nuestra capacidad erótica fortalece nuestra identidad sexual y nos refuerza.
Entonces… ¿Te animas a fantasear?
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