La tristeza es una emoción que puede aparecer cuando sentimos dolor emocional, y todo dolor tiene una causa.
¿Qué situaciones nos pueden generar esa sensación de tristeza?
· Pérdida de relaciones u objetos con los que nos sentimos apegados/as o resultan altamente valiosos para nosotros/as.
· Fracaso de algo que creíamos conseguir.
· Sentirnos defraudados/as con alguien.
· Vernos indefensos/as, sin ser capaces de hacer nada ante una situación predecible.
· Cuando disminuye la tensión tras una situación estresante.
· Falta de compañía o de estimulación.
· Dolor físico prolongado en el tiempo.
. Cualquier situación que interpretemos subjetivamente como negativa.
Aunque no lo creamos, la tristeza es una emoción fácil. Si se deja, actúa como un río, siempre llega al mar. Allí se diluye y se convierte en otra cosa. Al igual que un río, si ocurre algo en la vida que nos desborda y nos afecta, la tristeza aumenta. Si la dejamos sentir sin interferencias y nos permitimos sentirla, se irá poco a poco y nos permitirá continuar con nuestra vida.
Hablar de lo que nos pone tristes se llama DESAHOGO, es como una derivación del río que disminuye el caudal del agua, como si una parte de nuestra tristeza se la llevara otro/a. Como psicólogas en Vigo defendemos activamente la afirmación de que "un problema entre dos pesa menos".
Sin embargo, en nuestra consulta de psicología en Vigo nos encontramos con que este acto no resulta nada fácil. Hay algunas personas que se sienten incómodas mostrando tristeza públicamente, les da vergüenza o piensan que es un signo de debilidad. Otras, sienten que si empiezan a hablar de ello, se producirá una avalancha que no acabará jamás, por ello, deciden cerrar las compuertas, produciéndose el efecto contrario: a mayor presión, mayor cierre de compuertas y mayor intensidad de la emoción.
Desde Adamia Psicología os damos la siguiente sugerencia para la gestión emocional de la tristeza:
Si nos cuesta dejar que la tristeza se suelte o compartirla con alguien, la solución pasa por ir practicando poco a poco. Podemos comenzar por elegir a alguien que nos de mucha confianza y liberar el contenido que nos resulte más sencillo.
Seguramente aparezcan pensamientos del tipo “no me gusta dar pena", “a nadie le interesa oír mis problemas”, “los/las demás se aprovecharán de mí” (denominados pensamientos distorsionados).
Pero recuerda, no son más que creencias erróneas. Las creencias son ideas del mundo o sobre las relaciones que se crean para dar sentido a una situación concreta pero nunca son cien por cien ciertas ni aplicables a todas las situaciones.
Como comentábamos al inicio, acuérdate de ese río, nada y permítete llegar a la desembocadura, allí se diluirá.
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