Con el año que empieza, ponemos punto y final a la Navidad y a sus ingentes cantidades de comida. Hoy, desde Adamia Psicología queremos informaros de cómo reacciona nuestro cuerpo a estos cambios temporales de alimentación y a esta modificación de hábitos. Esta información no siempre se conoce y por ello nacen preocupaciones y obsesiones desacertadas con el peso.
“El cuerpo es sabio y se encarga de enviarnos señales constantemente de lo que le enfada, de lo que le estresa, de lo que necesita, de lo que no le estamos dando, de lo que le sobra…”. ¿Crees que escuchas a tu cuerpo?
En nuestra consulta de psicología en Vigo abordamos los Trastornos de la Conducta Alimentaria y los desórdenes alimentarios asociados, y vemos que antes y después del periodo de la Navidad las preocupaciones con respecto al peso aumentan significativamente, por eso se requiere de nuestro trabajo como psicólogas en Vigo.
Cuando una persona ha desarrollado la preocupación por su peso y su silueta a lo largo de su vida, suele generar ciertas obsesiones o rituales después de la Navidad, ya que cree con certeza que engordó. Bueno, y si esto fuera así, ¡tranquilidad y con cabeza!
Nuestro cuerpo dispone de un mecanismo auto-regulador del peso para este tipo de situaciones en las que cambiamos temporalmente nuestros hábitos alimentarios. Para hablar de esto vamos a valernos de la Teoría del Punto Fijo o Set Point (Keesey, 1980).
Esta teoría sostiene que todas las personas tenemos un peso corporal más o menos fijo, regulado y establecido a lo largo de los años, que depende de muchos factores (genéticos, ambientales, culturales…). Si pensamos en nuestra constitución física o si desempolvamos fotos del pasado, veremos que nuestra figura ha sido más o menos la misma siempre. Hay una silueta con la que nos identificamos y con la que nos reconocen los demás, ¿verdad? Y a esto se le conoce por el nombre de set point, punto fijo o punto de ajuste. A pesar de ser un punto fijo, no es inamovible, puede variar +/- 2 kilogramos. De manera que si en algún momento el peso corporal se desvía de este punto fijo (por ejemplo, transcurrida la Navidad o un periodo de vacaciones), el cuerpo desplegará mecanismos metabólicos auto-reguladores para volver a nuestro peso ajustado sin mucho esfuerzo y sin obsesiones. Por ejemplo, pidiéndonos dar un paseo, retomando el deporte, cenando una ensalada ligera, bebiendo más agua…y todo ello, porque nos apetece no porque nos obliguemos. Funcionaría como una especie de termostato. ¿Verdad que si subimos un par de kilos en Navidad a finales del mes de enero ya no los tenemos? No arrastramos esa subida de peso mucho más tiempo. En definitiva, menos apetito y más gasto de energía con la intención de volver a ese set point que nos identifica y con el que nos sentimos bien.
No obstante, esta teoría no será exitosa en los casos en los que se reenganche la Navidad con sedentarismo y malas rutinas de alimentación. Por ello, la condición indispensable será el compromiso de llevar a cabo hábitos saludables duraderos.
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