Educar a los/as hijos/as no es tarea fácil. No vienen con un manual de instrucciones bajo el brazo, por lo que en ocasiones, es lógico que haya cosas que podemos estar haciendo regular y que podían ir mejor. En nuestra consulta de psicología en Vigo, nos encontramos con padres y madres desbordados, que ya no saben qué más hacer para que sus pequeños/as les obedezcan y se porten bien. Suelen referir que ya han hecho de todo y nada funciona.
En estos casos, han llevado a cabo todos los recursos a su alcance. Empiezan con pequeños castigos y, si se siguen portando mal, los van aumentando. Pero… ¿qué ocurre cuando ya no pueden castigarles más? ¿Cuándo ya no tienen más juguetes/aficiones que quitarles? Por lo general, ocurre que al niño/a ya le da igual, es decir, tiene la sensación de que aunque haga cosas buenas, van a seguir quitándole “premios”, por lo que no tiene esa necesidad de portarse bien. Cuando vemos casos así, en Adamia Psicología, hablamos con los progenitores acerca de lo que está funcionando y de lo que no. Lo que no funciona, es preferible, dejar de utilizarlo.
Tenemos que entender que los castigos se aplican para que aprendan lo que está bien y lo que está mal, lo que queremos que repitan y lo que deseamos que dejen de realizar, por ser dañino o perjudicial para su educación. Poner límites en la infancia es importante pero castigar por no saber qué más hacer, no es la solución. En nuestra consulta de psicología en Vigo explicamos que los castigos tienen que ser consecuentes, de duración determinada, no muy extendidos en el tiempo y, sobre todo, que una vez aplicados, es preferible no quitarlos, ya que si no los/las niños/as aprenden que pueden hacer lo que quieran porque aunque los castiguen, no va a ser un castigo tan duro. Además, es positivo para el aprendizaje, combinar la educación con el refuerzo.
Importancia del afecto y del refuerzo
En Adamia Psicología, consideramos que a la hora de educar, es fundamental que los/las pequeños/as se sientan apoyados por nosotros/as y que puedan confiar a la hora de contarnos sus preocupaciones. Mostrarles nuestro afecto y cariño es muy importante para su desarrollo.
Además, es muy importante también el refuerzo; destacar aquellos aspectos positivos, y no solamente centrarnos en los negativos. Que se sientan comprendidos, escuchados y reforzados, les permitirá crecer adecuadamente.
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