Todas las personas tenemos inseguridades en mayor o menor medida, porque la vida se encarga de enseñarnos que no todas las experiencias son agradables y que muchas situaciones se escapan de nuestro control. A continuación os sintetizamos diez ejercicios que en Adamia Psicología utilizamos tanto en Trastornos de la Conducta Alimentaria, como en Terapia de Pareja, en Terapia Infantil… Así que sea cual sea tu situación y tengas la edad que tengas, creemos que podrían ayudarte.
1) HABLA SIN MIEDO DE TUS INSEGURIDADES, NO LAS ENMASCARES NI LAS ESCONDAS: A la hora de manejar nuestras inseguridades podemos hacerlo de manera positiva (acepto mis debilidades, puedo hablar de ellas, lucho por cambiarlas y así voy madurando) o de manera negativa (enmascarándolas a través de celos, envidias, chantajes, acoso, maltrato, etc.). Lo apropiado es declarar en voz alta nuestras inseguridades al tiempo que nos comprometemos con el cambio de aquello que nos hace daño, por ejemplo: “Soy inseguro con mi físico, pero poco a poco voy ganando más confianza y me gusto cada vez más”, “Me pongo muy nervioso al hablar con mi jefe así que voy a tener que trabajar duro para no sentirme tan inferior a su lado”, “Me da miedo conducir el coche, pero estoy dedicando media hora al día a practicar”, etc.
2) DESCUBRE QUÉ O QUIÉN TE HACE SENTIR ASÍ: No siempre es necesario saber los porqués pero nos pueden dar perspectiva y ayudar a que el cambio sea más rápido. ¿Qué personas o qué situaciones atraen nuestros sentimientos de inseguridad? Debemos empezar a trabajar por ahí, bien eliminando a personas tóxicas de nuestra vida, o bien cambiando la manera en la que nos afectan esas situaciones.
3) DESCUBRE QUÉ PENSAMIENTO TE PROVOCA INSEGURIDAD: Existen infinidad de pensamientos erróneos, a los cuales les llamamos pensamientos distorsionados, que se caracterizan por ser involuntarios, automáticos… y surgen en momentos en los que tenemos el ánimo bajo. Lo primero, y más importante, es reconocerlos y tomar conciencia de que no son racionales para, a continuación, empezar a debatirlos y cambiarlos, con el fin de adquirir otra filosofía de vida. Algunos de estos pensamientos podrían ser: “nadie me quiere”, “no le resulto interesante a nadie”, “todo el mundo habla mal de mí”, “no conseguiré nada en la vida”, “no valgo como persona”…
4) EMPIEZA A PRACTICAR EL EGOÍSMO SANO: Aunque socialmente se nos ha inculcado que el término egoísmo va asociado a algo negativo, ser egoísta de una manera sana es algo necesario para valorarnos a nosotros mismos. Debemos darle importancia a lo que nos apetece, a lo que queremos, a lo que necesitamos... para después, también si nos apetece, satisfacer las necesidades de los demás. Primero vamos nosotros y luego van los demás.
5) EXPRESA LO QUE PIENSAS Y SIENTES: Habla en primera persona de lo que piensas y de cómo te sientes. No tengas miedo a generar un conflicto o malas opiniones. Dale importancia a tus sentimientos y ese miedo desaparecerá. Asertivamente podemos decir todo lo que queramos, sin faltar al respeto a la otra parte. Esto hará que nos identifiquemos con nuestra personalidad que se va forjando y aumentará la seguridad en nosotros mismos.
6) VALÓRATE, QUIÉRETE, CUÍDATE: Empieza por valorar todo lo que puedas de ti. Escribe en un papel cómo eres, tus defectos y virtudes y dedica un tiempo a pensar únicamente en tus virtudes. Otros ejercicios podrían ser los siguientes: permítete entrar en un restaurante y pedir ese plato que tanto te gusta sin pensar en lo que cuesta, en lo que engorda… Regálatelo simplemente porque te apetece. Intenta encontrar evidencia en contra de esos pensamientos tan negativos que tienes hacia ti mismo, por ejemplo, si crees que eres un mal padre, detente a pensar en todas aquellas situaciones en las que te has comportado como un padre fabuloso y apúntalas en un papel. Concédete un baño con sales aromáticas después de un día estresante de trabajo. No te castigues, permítete disfrutar y cuídate.
7) APRENDE A DECIR QUE NO Y TOMA DECISIONES EN BASE A TU CRITERIO: Atrévete a decir que no a propuestas o a ideas de los demás, sin justificarte demasiado. Así los demás sabrán que tienes unos límites y no recurrirán al chantaje o a la manipulación contigo. Toma decisiones en base a lo que quieres, a lo que te apetece, y asume sus consecuencias. Aunque al principio sientas rareza, es normal. Tolérala y verás como, poco a poco, te irás sintiendo más libre y más seguro.
8) NO TE COMPARES CON LOS DEMÁS, EVITA LAS ENVIDIAS: La meta consiste en aumentar la seguridad en ti mismo, siendo tal como eres, no en relación a cómo son los demás. No te compares con los que consideras mejor que tú porque, aunque no sea algo malo como tal, puede contribuir a que en este momento te sientas inferior. Por ejemplo, “si sacas un 7 en un examen, te hará sentir mal saber que muchos de tus compañeros sacaron un 8, un 9 o un 10. Y los que sacaron un 6 y un 5, ¿los tienes en cuenta?”. Otro ejemplo, “me veo gorda y me siento mal porque veo a chicas muy delgadas por la calle. Bien, y a las que tienen más peso que tú o incluso obesidad, ¿han pasado tu filtro?”.
9) ACTÚA “COMO SI”: En teatro es una gran herramienta para practicar diferentes roles. Crea un personaje que ya tenga la seguridad que deseas y dale vida en tu día a día. Actuar “como si” hará que los cambios vengan más rápidos. Puede parecer una tontería pero es una técnica con mucha validez y fiabilidad. “Actúa como si fueras una persona segura de ti misma, como si te gustaras, como si tu físico te encantara, como si te vieras guapa. Actúa como si disfrutaras al conducir el coche, como si estuvieras tranquilo al reunirte con tu jefe”. No implica dar una versión falsa de ti mismo, sino ir verbalizando un cambio en cómo te ves (o te gustaría verte) para que, poco a poco, vayan cambiando tus pensamientos. Primero actuamos “como si” fuéramos personas seguras y así lo verbalizamos para que, posteriormente, nuestros pensamientos se vayan acoplando a esa nueva visión de nosotros mismos.
10) ATRÉVETE A HACER COSAS NUEVAS: Haz cosas que resulten un desafío para ti, cosas que impliquen salir de esa burbuja de lo conocido en la que todo lo controlas (la zona de confort). Cosas nuevas, cosas que te dan miedo, cosas que impliquen un cambio. Córtate el pelo, practica rafting, vístete de un color llamativo, píntate los labios de rojo, queda con esa persona con la que te da vergüenza, prueba comida hindú, sea como sea ¡atrévete! Sólo así podrás entender que tienes mucha más capacidad de la que crees para hacer cosas maravillosas que te van a aportar felicidad y seguridad en ti mismo.
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