¿Sabíais que una de las emociones más inútiles es la culpabilidad?
Inútil: aquello que resulta inservible para realizar alguna actividad, tarea o función.
La culpabilidad hace que gastemos mucha energía emocional en nuestro momento presente, dejando de disfrutarlo, y además no nos permite resolver, cambiar ni mejorar nada de nuestro comportamiento pasado. No hay culpabilidad por grande que sea, que pueda resolver un solo problema. Bloqueamos nuestro presente por sensaciones que provienen del pasado y que no se pueden modificar. El pasado, pasado está y será bueno interpretar nuestros errores como una oportunidad de aprendizaje que nos permitirá seguir madurando. Es más, quizás sea la única oportunidad que tengamos para crecer como personas.
En Adamia Psicología podemos ver cómo la tortura de la culpabilidad de nuestros/as pacientes suele provenir de ciertos patrones de crianza de la infancia, de ciertos mensajes interiorizados desde niños, de los valores que asumimos como personas, de la importancia que le concedemos a las cosas y/o de nuestra vulnerabilidad al chantaje emocional de los demás.
Muchas frases que podemos escuchar desde pequeños o situaciones instauradas en nuestra sociedad, arrastran un fuerte sentimiento de culpabilidad y fácilmente lo proyectamos en nuestra adultez. Por eso, muchas veces este tema ya lo abordamos en Terapia Infantil. Algunos ejemplos serían los siguientes:
¿Qué pensarán las mamás de otros niños de ti?; Me ha subido la tensión estos días por tu culpa; Papá no te va a querer si no apruebas matemáticas; Tu hermano está castigado por lo que hiciste tú; Una hija decente no va a dormir con su novio; Si fueras buen padre me dejarías ir a casa de mi amiga a dormir; Si te acuestas con tu novio y te quedas embarazada, no cuentes con nosotros; Si me quisieras me habrías llamado; Si me quisieras querrías hacer el amor conmigo; Deberías sentirte mal por todo lo que comiste; Si estás gorda es más difícil que se fijen en ti…
¿Cuándo aprendemos? Aprender de nuestras equivocaciones es la manera adecuada de afrontar nuestros errores y será necesario para nuestro crecimiento y desarrollo. La culpabilidad es malsana porque gastamos inútilmente nuestra energía en el presente sintiéndonos mal a causa de un acontecimiento ya histórico. Sin embargo, si decidimos corregir actitudes o comportamientos estaremos escogiendo la evolución. Es sabio aquel que aprende de sus errores y los corrige, aquel que echa la vista atrás y no se tortura, simplemente acepta que no es perfecto y que, como todos, ha tomado malas decisiones en algún momento de su vida pero que trabaja en el presente para cambiarlo.
Como vemos en algunos de los ejemplos anteriores, el sentimiento de culpabilidad también se puede utilizar con el objetivo de manipular a otra persona (por ejemplo, en las amistades o en pareja). Consistiría en hacer sentir culpable a la otra persona lanzando un recuerdo del pasado para que se sienta culpable en el momento presente. Si uno de ellos ha logrado olvidarlo, el otro puede recordárselo periódicamente y así mantener al día sus sentimientos de culpa por comportamientos pasados. ¿El fin de todo esto? Lograr que uno haga lo que quiere el otro. ¿El método? La culpabilidad.
En nuestra consulta de psicología en Vigo trabajamos con el paciente para lograr eliminar de su vida la culpabilidad, eliminar su carga emocional negativa y centrarse en resolver problemas de la forma más sana y madura que existe, analizando la equivocación y cambiando la actitud para futuras situaciones. Esto a veces resulta difícil porque la culpabilidad se convierte en una especie de hábito con los años, la persona tiende a culpabilizarse porque sí, pero como para cualquier otro caso, a través de terapia psicológica se aborda y se soluciona.
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