Ansiedad ante lo desconocido es un término al que nos enfrentamos en muchas de nuestras sesiones en nuestra consulta de psicología en Vigo. Esta expresión hace referencia al sentimiento de miedo ante cualquier estímulo desconocido, incierto o potencialmente peligroso.
El miedo es una emoción muy relacionada con la ansiedad.
Cuando experimentamos miedo, nuestro organismo se prepara para reaccionar ante aquello que nos resulta desconocido o potencialmente peligroso. Comenzamos a experimentar una serie de cambios fisiológicos importantes: nuestro corazón late con más rapidez y fuerza, nuestros músculos se tensan o tiemblan, nuestra respiración se acelera… ¡todo nuestro organismo se prepara para salir a luchar!
Esto resulta excelente cuando existe un peligro REAL. Las dificultades aparecen cuando el nivel de activación es tan alto que nos bloquea. Como psicólogas en Vigo, sabemos que esto es algo muy común que en ocasiones aparece ante los cambios. Ante todas aquellas situaciones que creemos que se escapan de nuestro alcance porque resultan novedosas o porque creemos que no disponemos de las herramientas necesarias para afrontarlas. Ante esta activación se multiplican nuestros pensamientos catastrofistas, damos paso a esos miles de “y si… no he hecho bien”, “y si… no resulta tan bueno para mí”, “y si… no puedo hacerlo”. Montones de “y si…” que nos hacen creer en los peligros inexistentes, que nos acaban minando y bloqueando, abriéndonos la puerta al pánico, e invitándonos a coger la puerta fácil: salir corriendo.
Desde Adamia Psicología creemos esencial aprender a identificar estas señales e ideas irracionales para ponerles freno y desarrollar nuevas herramientas.
Para hacer frente al miedo, debemos mirar de frente lo que ocurre y ser capaces de pensar en ello. Si hay peligro podemos hacer algo para protegernos. Si no existe ningún peligro real, podemos dejar que nuestro cuerpo baje la activación, porque no resulta necesaria. Lo más probable es que durante un inicio aún la notemos, pero entenderemos que, simplemente, “nos ha quedado el miedo en el cuerpo” y que lo dejaremos ahí hasta que se vaya porque nuestro organismo está preparado para tolerarlo.
Mirar de frente a nuestros temores, no va a hacer que se desintegren, pero sí nos ayudará a que cada vez se hagan más pequeños.
¡Esperamos que esta lectura os resulte útil! No olvidéis coger vuestros miedos y mirarlos de frente, aunque de inicio nos bloqueen, saldremos altamente fortalecidos/as y victoriosos/as, ampliando nuestra zona de confort, aprendizaje y desarrollo personal.
Adamia Psicología
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