Estamos viviendo semanas diferentes y difíciles, en las que la incertidumbre, el miedo, la ansiedad o el aburrimiento, son emociones más que presentes en muchas personas. Gestionar estas emociones no siempre es sencillo, y menos aún si no nos han enseñado en el colegio o en casa a hacerlo, por lo que para que disminuya nuestro malestar muchas veces recurrimos a conductas que nos alivian, pero que van acompañadas, en ocasiones, de un malestar añadido, como por ejemplo comer. En nuestra consulta de psicología en Vigo, denominamos a estar forma de comer, hambre emocional.
Durante estos días, nos hemos cansado de ver por redes sociales frases orientadas al aumento de peso tras el confinamiento, o a controlar el impulso de comer, o mensajes en el frigorífico orientados al no comer. Estos mensajes, lo que hacen es fomentar un control hacia la comida y, a veces, nos pueden llevar a prohibirnos algunos alimentos. Sin embargo, cuanto más intentamos controlar, más probable es que "descontrolemos". En Adamia Psicología, trabajamos con nuestros/as pacientes en aceptar el hambre emocional, tomar más conciencia de nuestras emociones y decidir conscientemente si comer o no, pero desde el cariño y el autocuidado, y no desde la prohibición.
¿Qué hacemos entonces cuando sentimos hambre pero no sabemos muy bien por qué?
- Preguntarnos si ese hambre viene precedido de una emoción, o si es hambre fisiológico.
- En caso de que sea hambre emocional, identificar la emoción (aburrimiento, tristeza, soledad, felicidad, ansiedad, miedo, calma, enfado...).
- Pensar qué nos está diciendo la emoción y qué podemos hacer con ella, es decir, si estamos aburridos/as porque no tenemos ninguna actividad agradable qué hacer en este momento: ¿podría buscar una actividad? ¿realmente es malo estar aburrido/a?
- Reflexionar si la comida nos va a satisfacer la emoción, es decir, ¿comer va a hacer que esté menos aburrido? ¿me va a proporcionar y aportar algo a mí?
- Decidir comer o no comer (y ambas opciones pueden estar bien).
- Si decido comer, disfrutar.
Cuando hacemos una decisión consciente, es más probable que comamos desde la calma, saboreemos los alimentos y no tengamos malestar, culpa o frustración, después de comer. Las psicólogas de Adamia Psicología te invitamos a reflexionar sobre estos aspectos, sobre todo si es un tema que te preocupa o si te sientes identificado/a con los mensajes que comentábamos antes.
Tener una buena relación con la comida es posible y aceptar el hambre emocional, forma parte de ello.
Adamia Psicología
Consulta de psicología en Vigo
Llámanos al 640 106 888
Escríbenos a info@adamiapsicologia.es