¿Dulce Navidad?
Se acercan las celebraciones navideñas y en nuestras consultas de Adamia Psicología es frecuente escuchar opiniones contradictorias con respecto a estas fechas. Por un lado, hay personas que esperan ilusionadas a que llegue la Navidad y se encuentran llenas de optimismo y alegría, pero también hay personas a las que el simple hecho de anticipar estas fiestas les supone un intenso malestar emocional, despertando sentimientos como la tristeza, ansiedad o nostalgia.
Y es que a pesar de la decoración, las luces, los anuncios emotivos y el mensaje general que se transmite de “hay que ser felices en Navidad”, existen distintos motivos, en función de la situación que viva cada persona, que provocan que estas fiestas nos hagan sufrir. El primero de ellos suele ser debido al síndrome de la silla vacía, es decir, esa añoranza y tristeza que provoca la ausencia de un ser querido, especialmente intensa en estas fechas cuando se supone que todo se debería celebrar con alegría y entusiasmo. Son fechas que pueden acentuar mucho los duelos emocionales. Otra de las razones es el estrés que nos provoca la Navidad, debido a todas las comidas o reuniones sociales y familiares (no siempre deseadas), con las compras y sus consecuencias (aglomeraciones, gastar mucho dinero, no saber qué regalar), además de la presión social que nos lleva a asumir que todo tiene que estar perfecto.
Toda esta carga emocional unida a los compromisos y tareas pendientes acaban provocando un cansancio general que en ocasiones normales se podría superar, pero si nos encontramos un poco más delicados/as o percibimos que no somos capaces de llegar a todo lo que nos hemos propuesto, puede desencadenar una serie de síntomas similares a los de la depresión, como son la tristeza, rabia, ganas de llorar, desánimo, apatía, irritabilidad y mayor ansiedad.
Si este año te encuentras sin espíritu navideño por alguna de las razones comentadas o por otras distintas, permítete no estar feliz e incluso sentirte triste, exprésaselo a tus seres queridos y olvida la idea de que las celebraciones van a cambiar de un día para otro tu estado de ánimo.
Además, para disminuir el estrés procura organizar las tareas con antelación, pide ayuda cuando lo necesites y di “no” si no quieres o puedes hacerte cargo de algo.
Desde Adamia Psicología deseamos que viváis estas Navidades como realmente necesitéis y os apetezca.
¡Gracias por estar a nuestra lado un año más!
Adamia Psicología
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